Nos ha pasado que estando mucho tiempo con una persona de confianza, quizá yendo en un viaje largo por carretera, ambos nos quedamos en silencio y surge la duda ¿estamos bien? ¿por qué no hablamos? a veces pasa un domingo largo sin que nadie nos llame por teléfono y eso nos provoca ansiedad, ¿por qué este silencio, qué ha sucedido? El silencio, vasto paisaje para develar nuestra conciencia, está bastante desprestigiado en esta época en donde lo que nos sobra es ruido, y eso, es precisamente de lo que trata este pequeño artículo, de la virtud del silencio.
¿Te has puesto a pensar que la gran mayoría de las cosas que te estresan y temes no han sucedido o ya pasaron hace tiempo? casi ninguna de las cosas que te hacen sufrir suceden en este mismo momento, algunas, la gran mayoría, nunca sucederán, y las que ya sucedieron no se volverán a repetir, sólo se repiten en nuestros pensamientos, entonces ¿Cómo puedo dejar de tener esos miedos y esos pensamientos? la respuesta es el silencio, en el silencio no hay nada que te pueda turbar, por el contrario, se abren muchas posibilidades, es instala la paz.
Ruido, ruido fuerte es lo que hay en nuestros pensamientos, ruido de lo que escuchamos, lo que nos pareció perturbador, lo que nos molestó, lo que nos hizo felices, lo que deseamos, lo que tememos que suceda, lo mal que nos sentimos con un fracaso, lo que alguien más hizo o no hizo, etc. Ese ruido en nuestra mente es el epicentro del sufrimiento, pero si uno a uno logramos callar todo ese ruido, todos esos pensamientos, hasta quedarnos en silencio, y si logramos prolongar ese silencio cada vez más, de a poco, hasta que se convierta en un hábito, encontraremos una nueva forma de vivir, un poderoso antídoto para la ansiedad; el maravilloso silencio.
Hace una semana tuve una infección en una muela, y evidentemente el dolor llegó a ser muy fuerte, traté de meditar pero era difícil ya que el dolor me absorbía, entonces me pregunté ¿cuánto de este dolor son ideas y miedos? ¿cuánto de este dolor es verdadero? Empecé a observar mis pensamientos y eran claros y fuertes: ¡No vas a poder con el dolor! “Este dolor no va a pasar, te va a durar toda la noche” “Te llega el dolor al cerebro, y tienes las venas hinchadas, es peligroso”. Así. uno a uno, al observarlos noté que realmente hacían del dolor algo insoportable, entonces, logré callarlos uno a uno, observarlos y por decirlo de alguna forma, apagarlos. Lo mágico de todo esto es que el dolor resultante fue soportable y poco a poco logré dormir perfectamente, inclusive me levanté en la madrugada sorprendido porque casi no me dolía, estaba en absoluto silencio, en paz.
Los invito a practicar el silencio, la forma más sencilla es mediante la meditación, no se requiere nada especial para meditar más que lograr estar en silencio, a mi me funciona buscar en Spotify playlists de meditación (recomiendo mucho la música de Ashana o en youtube las meditaciones de Thana Vibes), poner la música a un volumen bajo, sentarme en la postura de meditación que por alguna razón funciona, y simplemente mantenerme en silencio, a veces surgen ideas o pensamientos que nos empiezan a jalar hacia una conversación interna, no debemos enojarnos ni creer que fallamos en nuestra meditación, debemos de observar también esos pensamientos; la magia sucede cuando te das cuenta de que tú y tus pensamientos no son lo mismo.
TDM